Por: Abogado Douglas Querales
Antropólogo Lusbi Portillo
Se
precisa por estudios científicos que un grupo de indígenas de habla Caribe, los
que luego se conocen con el nombre Yukpa, llegaron 500 años antes de Cristóbal
Colón al piedemonte y las estribaciones montañosas de la Sierra de Perijá,
provenientes de un largo proceso de desplazamiento de más de mil años desde el
Amazonía, al sur del río Orinoco1.
Este
pueblo que hoy conocemos con el nombre Yukpa ha sido víctima del colonialismo
desde hace aproximadamente 300 años (1722-2013). El pensamiento colonial de
ayer y hoy motiva aún su exterminio y el despojo de la tierra de los indios
Caribe Macuayes2 como se les nombraban para 1700 en los tiempos de
la fundación de La Villa del Rosario por el Cavo Principal Don Juan de Chourio
en 1722 con varias familias provenientes de las Islas Canarias y españolas,
asentadas en Maracaibo. En este grupo vino con sus padres la joven de 22 años
Catalina Martínez de Miranda Padrón nacida en Icod de los Vinos (Tenerife,
Islas Canaria) quien luego fue la tatarabuela materna del General Rafael
Urdaneta, prócer del Zulia3. Un siglo más tarde en 1890 se funda
Machiques, cuando es nombrada Parroquia Eclesiástica, luego que el general de
la Federación Venancio Pulgar incendia la Villa del Rosario en 1872 y unas
familias de hacendados se mudan de sus fundos al sur oeste de la Villa4.
Para
despojarlos de sus tierras y de su manera distinta de ser, los Caribes más
rebeldes son sometidos al exterminio o al exilio de la Misión en la Costa
Oriental del Lago del Estado Zulia5 o reducidos a pueblos misionales
construidos por los Padres Capuchino de Navarra que tomaron posesión de la
Provincia de Maracaibo en 1694 y 1750 donde se inicia el largo proceso de
aculturación evangelizador-católico apoyado en su último eslabón evolutivo
histórico en la Ley de Misiones de 1915 y la fundación de la Misión Los Ángeles
del Tukuko en 1945; y más recientemente, con la penetración de sectas
protestantes creadas y financiadas desde los Estados Unidos. Con los religiosos
se introduce a través de un proceso largo de inculturación la triada ideológica
cristiana de dominación, a saber: el Pecado, la Culpa y la Condena. Y es este
el hilo conductor que soporta las tormentosas relaciones espirituales del indio
Caribe Yukpa, no sólo con los Padres Capuchinos y la sociedad criolla nacional,
sino con su verdugo exterminador el blanco ganadero descendiente de familias
canarias y españolas traídos por Don Juan de Chourio a La Villa del Rosario.
Pero
la expresión colonial de dominación de Estado se da a través de la destrucción
histórica de su ser social Caribe y su organización; al romperse hoy su
autonomía con la imposición de los Consejos Comunales, el activismo político
partidista, los créditos, los Caciques Mayores mestizos que viven en Machiques
y los cargos ministeriales subordinados a las decisiones de Estado y no de las
comunidades: al no ser dirigentes voceros de sus comunidades, sino funcionarios
públicos esquiroles apegados a tareas gubernamentales impuestas y al temor de
perder sus pagos del quince y último.
El
pueblo Yukpa es Caribe, como el pueblo de Guaicaipuro, es un pueblo de selva,
su hábitat son las montañas de la Sierra de Perijá, su piedemonte y las tierras
llanas más allá del piedemonte. Es un grupo aguerrido defensor de lo suyo. Su
fuerza está concentrada, más que en el colectivo, en la persona, en el individuo,
en la familia y en las alianzas que circunstancialmente construye con otros.
Los
Yukpa habitan hoy en las cuencas altas, medias, de norte a sur, de los ríos
Apón, Negro, Yaza y Tukuko de la Sierra de Perijá y en su piedemonte. Antes de
la llegada de los Misioneros Capuchinos y la creación de la Misión del Tukuko
los Yukpa no tenían Caciques o jefe únicos, se organizaban por jefe de
familias. Vivían en pequeñas viviendas de palma unifamiliares dispersas y
lejanas una de otras. entre las montañas o el bosque del piedemonte, luego se
les impuso vivir en comunidades a través de los Padres Capuchinos y las
hermanas Laura y Sata Ana.
Con
la llegada de estos últimos Misioneros Capuchinos, fueron agrupándose en
comunidades dirigidas por un Yuapu o Cacique, y un grupo de ellas, en Centros
Pilotos con un Cacique Mayor. Ahora se le impone conformarse en Consejos
Comunales asociados a Comunas creadas por y para facilitarle al Estado gobierno
una manera más sencilla de relacionarse con ellos y las comunidades; pero cada
comunidad tiene su propio Cacique de base, que viene perdiendo poder por
imposición del Estado gobierno de los llamados Consejos Comunales. No obstante,
cada centro Piloto es independiente del otro. O cada comunidad es independiente
de las otras. Cada familia es independiente de la otra y en cierta manera hasta
de su propio Cacique cuando es necesario; cada individuo goza de una gran
libertad de expresar sus ideas, de acción y movilización, Y en esta dispersión,
y no unión, está a la vez su salvación, pues no le permite al Estado, a los
Gobierno de turno o a los ganaderos dominarlos del todo, o exterminarlos. En
ese dilema se debate la existencia y la resistencia indígena del pueblo Yukpa,
una manera particular de ser Caribe.
El
Estado venezolano desde la dictadura del General Juan Vicente Gómez hasta la
fecha ha permitido el despojo violento de sus tierras y por tanto la
destrucción de su cultura. El 18 de agosto de 1920 (Gaceta Oficial Nº 14.142)
por orden del dictador General Juan Vicente Gómez, o mejor dicho por el
Presidente Provisional de los Estados Unidos de Venezuela, Victorino Márquez
Bustillo, se le entregan 4.000 hectáreas a los hermanos José Trinidad y
Joviniano García de todas las tierras planas de los Yukpa Macoita (antiguos
Macuayes), ubicados hoy en el extremo norte del territorio, para fundar la
hacienda El Capitán6; luego, en los gobiernos llamados democráticos,
de los partidos Acción Democrática y Copey, así como en la dictadura del
General Marcos Pérez Jiménez, se les permitió a empresarios de Maracaibo y
Machiques conformar en sus tierras de montañas haciendas de café, caña de
azúcar y otros rublos agrícolas y crías de ganado bovino, sin importarles el
despojo de su tierra originales, su empobrecimiento y hasta su muerte física o cultural7.
De esta manera el pueblo Caribe Yukpa pasó de ser un pueblo autosuficiente, eco
sistémico y autónomo, a un pueblo pobre, dependiente del Estado y el mercado.
Hoy se debate, como bien lo afirma el antropólogo Ángel Acuña en “la frontera
de la tradición y el cambio”8, y sólo cuenta para reencontrarse, con
su original inteligencia rebelde y su discursivo proceder de negociación
intercultural.
Desde
los años 20 del siglo pasado, el pueblo Yukpa comienza a vivir los
encontronazos a sangre y fuego con criollos invasores de su territorio. Fueron
los violentos hacendados y parceleros de Machiques, siempre con el apoyo
militar y financiero del Estado venezolano, quienes se hicieron ricos,
poderosos y respetados a costillas de la pobreza y la exclusión del pueblo
Yukpa, que se vio obligado a refugiarse en las altas montañas de Perijá para no
ser exterminado del todo, así lo testifica la prensa regional, la Revista
Venezuela Misionera y la antropología contemporánea desde Booy, T9
en 1918 hasta Alarcón, J10. Con afiladas hachas manipuladas por
negros palenqueros traídos de Colombia para tumbar selvas, se montaron las
haciendas operadas por costeños colombianos y del Norte de Santander. El
territorio Yukpa sufrió su segunda gran reducción con colonos y Capuchinos.
Todos los bosques de sus tierras planas al igual que la de los Barí fueron
sustituidos por pastos y vacas, y miles de kilómetros alambres de púas y
portones de haciendas, luego, por último se sumaron los parceleros indígenas
Wayuu a ordeñarles y cuidarles las vacas a los ganaderos invasores. Muy pocas
familias pobres de Machiques trabajan es estas haciendas, pues muchos sueñan
ser algún día ganaderos, por esta razón casi todas las familias pobres de
Machiques tienen una parcelita en antiguo territorio Yukpa.
Pero
los atancha o viejos Yukpa y sus descendientes nunca se dieron por vencidos,
nunca se sintieron derrotados y se quedaron a vivir en la última frontera que
le marcaba los alambres de púas y las armas de fuego; deambulando se les veía
entre los camellones de tierras que comunicaban y dividían una hacienda de
otra, al este de su territorio. Allí permanecieron olvidados por los Gobiernos
o atendidos epilépticamente por una política integracionista etnocida ejercida
por los Padres Capuchinos y las Monjas de las congregaciones Laura o Santa Ana,
o por los Gobiernos de turno a través de la Comisión Indigenista del Ministerio
de Justicia, más tarde de Educación, o el Instituto Nacional de Tierra, en los
últimos años antes de llegar la “revolución”. Hoy están a la deriva pues de muy
poco le sirve el Ministerio del Poder Popular para los Pueblos Indígenas. Si no
hubiese sido por sus sostenidos desplazamientos por cuenta propia a las
distintas ciudades del país a vender con sus familias artesanía o haber resistido
en las montañas y poco a poco bajado a recuperar su territorio invadido se
hubiesen diezmado drásticamente. El mejor ejemplo de esta resistencia se dio en
la cuenca del río Yaza, y sus máximos exponentes fueron Sabino Romero Izarra y
su gente.
Hoy
son los desplazados de la guerra colombiana o los llamados refugiados quienes
vienen ocupando sus pueblos grandes o Centros Pilotos, y su economía, así como
los pequeños pueblos de alta montaña en las cuencas altas de sus ríos; crece
por lo tanto el número de hijos de hombres colombianos y de Wayuu, muy pocos de
hombres indígenas Barí y criollos venezolanos. Se acentúa el mestizaje llegado
con la recolecta del café, es por esta razón que casi todos sus Caciques
Mayores son mestizos, de padres colombianos.
Ante
el crecimiento poblacional y el agotamiento de los suelos de bosques de las
altas montañas o de sus inclinados pequeños valles11 se vieron
obligados a buscar de nuevo su territorio original invadido, a recuperar
lentamente espacios de haciendas o parcelas, no había una semana que la
Comisión Indigenista, o la Oficina de Asuntos Indígenas del Instituto Agrario
Nacional (IAN), o efectivos del Comando 36 de la Guardia Nacional de Machiques
o del Fuerte Macoa los intentara desalojar por las buenas, unos, o por las
malas, otros, a un grupo de familias Yukpa que había rescatado un potrero o la
hacienda toda. Esta situación se agudizó con la llegada del Presidente Chávez
al Gobierno y la promulgación de la nueva constitución en 1999, que ordena al
Gobierno reconocer, demarcar y entregar sus tierras ancestrales y tradicionales
a los pueblos indígenas en el Artículo 119:
“El
Estado reconocerá la existencia de los pueblos y comunidades indígenas, su
organización social, política y económica, sus culturas, usos y costumbres,
idiomas y religiones, así como su hábitat y derechos originarios sobre las
tierras que ancestral y tradicionalmente ocupan y que son necesarias para
desarrollar y garantizar sus formas de vida. Corresponderá al Ejecutivo
Nacional, con la participación de los pueblos indígenas, demarcar y garantizar
el derecho a la propiedad colectiva de sus tierras, las cuales serán
inalienables, imprescriptibles, inembargables e intransferibles de acuerdo con
lo establecido en esta Constitución y en la ley”.
Así
mismo se fija la fecha para iniciarse dicho proceso en la Disposiciones
Transitorias Decimosegunda:
“La
demarcación del hábitat indígena, a que se refiere el artículo 119 de esta
Constitución, se realizará dentro del lapso de dos años contados a partir de la
fecha de entrada en vigencia de esta Constitución”.
Debidos
a los constantes anuncios y arenques mediáticos presidenciales sobre los
derechos constitucionales de los pueblos indígenas a tener territorio y ser
demarcadas sus tierras, se arrecia el proceso de autodemarcación del hábitat y
tierras indígenas por parte de los dirigentes Yukpa a lo largo y ancho de su
territorio limítrofe con las haciendas, y con ello, la respuesta violenta de
los ganaderos, acompañada por la criminalización mediática y acciones
encubiertas o muy cuidadosas por parte de algunos funcionarios de la Guardia
Nacional Bolivariana (GNB) de Machiques y su Grupo Anti Extorsión y Secuestro
(GAES), del Ejército acantonado en el Fuerte Macoa, la Policía de Machiques, la
Alcaldía del municipio Machiques de Perijá y la Fiscalía 20 del Ministerio
Público. El Gobierno mantuvo una actitud pasiva cómplice de dejar hacer y dejar
pasar en estos lejanos parajes fronterizos con Colombia.
Si
miedo alguno, se inicia por doquier por parte de los dirigentes del pueblo
Yukpa, el rescate de las tierras originales de su territorio invadido por
parceleros y hacendados, y sin pedir permiso alguno, pues era su derecho
constitucional, se acelera de nuevo la recuperación de parte de sus tierras
ocupadas tomando como límite Este todas las haciendas y parcelas ubicadas
dentro o más allá de la carretera que va desde la Cuesta del Padre hasta el río
Santa Rosa para los Yukpa de los sectores Yaza y Tukuko; y para el extremo
norte, Sector de los ríos Tinacoa, Apón y Negro la inclusión de unas diez
haciendas invasoras, entre ellas El Mango, San Salvador, Cuivas, Los Morros de
Perijá, El Capitán, El Rincón. Comenzó el rescate del territorio ancestral en
las comunidades Sirapta y Guaicaipuro, la primera ubicada en el extremo norte
del territorio, en el río Apón, en el año 2000, con la ocupación de una parte
de la hacienda El Capitán y la fundación de la comunidad o sector Karnapa
dirigido por el líder Efraín Romero; pero también en el extremo sur, en las
inmediaciones del río Tukuko y Yaza con la ocupación de las haciendas Ceilán y
la Gran China dirigida por Pipo Herrera y Arístides Maikishi con la fundación
de la comunidad Yukpa-Wayuu Guaicaipuro y Kurubal.
La
lucha por el territorio reaparece por todas partes a lo largo del piedemonte de
la Sierra de Perijá. Los Yukpa de la comunidad Kampa, bajo la dirección de
Francisco Romero y del maestro Antonio Romero, padre de Ever Romero, bajan con
su gente de la montaña de las cabeceras del río Yaza y ocupan la hacienda Paja
Chiquita y fundan la comunidad Río Yaza al lado de la comunidad Kasmera y la
hacienda Medellín, los de la comunidad Palmarejo, a la cabeza su Cacique es
Sabino Romero Izarra, toman por primer vez toda la hacienda Tizina y fundan la
comunidad Chaktapa. Alirio González, que con un grupo de familias son sacados
de las inmediaciones del Hospital General del Sur de Maracaibo, toma la pequeña
hacienda Nevada y funda la comunidad Guamo donde vivía Olegario Romero Romero,
pero más al norte en esa época 2004-2005 en río Negro se ocupa la hacienda el
Higuerón por gente de la comunidad Yuchubirí dirigida por Trino Romero y los de
la comunidad Koropo, dirigida por Segundo Romero, ocuparon parte de la hacienda
Puerto Libre, rescatada posteriormente por sicarios pagados por ganaderos,
igual suerte corrió Sabino Romero Izarra en la ocupación de la hacienda Tizina.
Se ocupa con éxito la hacienda Maracay en el 2001, la hacienda la Lucha por
parte de Ciro Landino en esa misma zona del río Negro, y posteriormente, al
comienzo de 2008, Edilso Landino y Noelio Romero ocupan la última parte de la
hacienda Medellín y fundan las comunidades Jararamü y Mara Kunaka.
Para
marzo de 2008 Sabino retoma la hacienda Tizina y muere su anciano padre José
Manuel Romero de una golpiza que le propician los hombres armados que
acompañaron a Alejandro Chávez Vargas, presunto propietario de la hacienda
Kusare, vecino y sobrino del dueño de la hacienda Tizina. Chávez Vargas, armado
violentamente, entra a la comunidad Chaktapa, antigua hacienda Tizina, para
matar a Sabino por considerar que le había robado unas reses. A los días muere
el padre de Sabino, y acompañado de los Yukpa de la comunidad Guamo dirigidos
por Olegario Romero Romero ocupan la hacienda Kusare y posteriormente Amalia
Pérez y su tío materno Felix Ramos Romero ocupan la otra hacienda vecina Brasil
de Tirzo Vargas.
En
agosto de 2011 un grupo de dirigentes indígenas encabezado por Jesús Peñaranda
Yaspe toman la hacienda El Rincón, que fue recuperada el 20 de agosto de 2011
por los sicarios/policías/guardaespaldas ganaderos a tiro limpio donde
resultaron heridos los Yukpa: Rodrina Romero, 60 años, Abraham Romero, 60 años,
Luz Marina Romero y Juan Carlos Montiel, 28 años.
(http://www.panorama.com.ve/21-08-2011/avances/enfrentamiento-machiques.html).
En
la misma zona del Yaza, en octubre de 2011, se retoman las tierras que ocupaba
la hacienda denominada también Medellín por un grupo de hombres liderados por
Sabino. En este encontronazo resultaron varios hacendados heridos y dos mujeres
Yukpa, son ellas: Zenaida Romero, hija de Sabino y Leticia Romero.
En
esta lucha, ante la capacidad de fuego del sicariato/ganadero murieron ocho
Yukpa, a saber desde el año 2011. El 23 de junio de 2012, son asesinados:
Alexander Fernández Fernández, hijo de Carmen Fernández Romero, cacica de la
comunidad Yukpa de Kuse, su hermano José Luis y el cuñado de este último Leonel
Romero. Así como seis meses antes, su primo Darío Segundo García Fernández fue
asesinado a manos de un parcelero Wayuu llamado Jesús Fernando González
Arrieta, detenido por el CICPC y liberado posteriormente por intermediación en
la Fiscalía 20 de Machiques y por el exconsultor jurídico de GADEMA, el abogado
ganadero Alfonso Chacín (señalado hoy de estar involucrado en el financiamiento
y preparación del asesinato de Sabino). En estos asesinatos, dos hermanos
resultaron también heridos, uno de mucha gravedad: Gaby Alberto Fernández
Fernández, el 20 de diciembre de 2011. También dos meses antes, el 14 de abril
de 2012 mataron a un kilómetro de distancia con armas de guerra a Wilfrido
Romero, esposo de una hija de Sabino, y a Lorenzo Romero Ramos, primo materno
de Amalia Pérez.
Pero
la primera víctima de la violencia ganadera fue el anciano Yukpa José Manuel
Romero padre de Sabino quien murió el martes 22 de julio de 2008 a la una de la
tarde en la emergencia del Hospital General del Sur desde que el pasado día
lunes 7 del mismo mes y año fue golpeado por el hacendado Alejandro Chávez
Vargas y el administrador de su hacienda Kusare de nombre Richard.
El
Estado permitió todos estos atropellos contra estos dirigentes indígenas pese a
las constantes denuncias formuladas desde el 2006-2013 en los medios de
comunicación, la fiscalía del Ministerio Público, la Defensoría del Pueblo, en
las Naciones Unidas en donde el Relator de los Derechos de Pueblos Indígenas,
James Anaya, en dos oportunidades, manifestó por escrito su preocupación por la
situación de Sabino Romero Izarra y la comunidad Chaktapa ante la Cancillería
de Venezuela en Caracas. También se visitó, para exponer esta violenta
situación violadora de los derechos humanos del pueblo Yukpa, la Organización
de los Estados Americanos y la Unión Europea. En estos organismos de derechos
humanos asistió Zenaida Romero Martínez a denunciar al Gobierno y al Estado
Venezolano, y anunciar el posible asesinato también de su padre.
Este
proceso de exterminio pasó, repetimos, por una sostenida campaña mediática de
satanización por parte de los ganaderos y por pronunciamientos de altos
funcionarios ministeriales del propio Gobierno. Estos son los ganaderos
financiadores de sicarios que a la vez son sus guardaespaldas y policías de
Machiques, o de Alcaldes. Esto es conocido por el pueblo de Machiques, es vox
populi.
Y
es ahora, a partir del asesinato del Cacique Sabino Romero Izarra, cuando el
Estado venezolano ha estado preocupado por el ejercicio y el cumplimiento de la
justicia en torno a la muerte de Sabino, y pagar algunas bienhechurías de
haciendas invasoras del territorio originario del pueblo Yukpa. Esperó 9 años (2004-2013)
para aceptar la propuesta de pago de bienhechurías formulada por los líderes
indígenas como una salida posible para ampliar su espacio territorial y mejorar
su calidad de vida, pasando esta decisión por llevar a un juicio ordinario, a
espalda de la justicia especial indígena, y a la Cárcel a Sabino Romero Izarra
y a Alexander Fernández Fernández por diecisiete meses. Violando así la Constitución, las
leyes internas, así como la Declaración de las Naciones Unidas sobre los
Derechos de los Pueblos Indígenas y el Convenio de la OIT.
Actualmente
nos encontramos en un proceso judicial penal con el propósito de enjuiciar a
los autores materiales e intelectuales del vil y cobarde asesinato del Cacique
Sabino Romero Izarra, acaecidos en la noche del día 3 de marzo del presente
año.
La constitución de la
República Bolivariana de Venezuela en su preámbulo hace mención de la
participación protagónica de los indígenas en la construcción y defensa de la
patria de la siguiente manera: “El pueblo de Venezuela, en ejercicio de sus
poderes creadores e invocando la protección de Dios, el ejemplo histórico de
nuestro Libertador Simón Bolívar, y el
heroísmo y sacrificio de nuestros antepasados aborígenes y de los
precursores y forjadores de una patria libre y soberana”. Asimismo el
encabezamiento del párrafo II del preámbulo Constitucional de 1999 señala: “Con
el fin supremo de Refundar la república para establecer una sociedad
democrática, participativa y protagónica, multiétnica
y pluricultural en un estado de justicia…” En el mismo párrafo más adelante
dice: “asegure el derecho a la vida… a
la justicia social y a la igualdad sin discriminación ni subordinación
alguna... la garantía universal e indivisible de los derechos humanos…”
De igual forma en el
titulo primero acerca de los principios fundamentales de la Constitución
vigente en el artículo 2 afirma: “Venezuela se constituye en un estado
democrático y social de derecho y de justicia, que propugnan como valores
superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la solidaridad, la democracia, la
responsabilidad social y en general, la preminencia de los derechos humanos, la
ética…”
En el capítulo VIII,
ocho artículos contienen lo referente a
los derechos de los pueblos indígenas que el constituyente de 1999
consideró esenciales para el supremo reconocimiento de la existencia de los
pueblos indígenas, ahora bien, no basta consagrar teórica y normativamente
tales derechos, sino, que necesario es garantizarlos, para que verdaderamente
representen la eficacia y validez efectiva de las aspiraciones centenariamente
truncadas de los pueblos indígenas.
Condenar
ejemplarizantemente a los asesinos de Sabino Romero significa la más grande
reivindicación que el Estado y el Gobierno Bolivariano podrían hacer frente a
tantos desaciertos e incumplimientos a los postulados normativos de rango
constitucional supra indicados.
Tienen las
instituciones del Estado como garantes de los derechos humanos, de la vida y la
justicia la oportunidad histórica de desmontar los poderes facticos que a
través de siglos se han consolidado por su primacía económica como es el caso
de los integrantes de la ASOCIACION “GANADEROS DE MACHIQUES” (GADEMA), autores
intelectuales y financistas del crimen al aguerrido e incómodo para sus
intereses el Cacique Sabino Romero, así como la influencia que ejercen sobre la
policía municipal de Machiques, el CICPC, el Ejercito, la Guardia Nacional
Bolivariana, los jueces y fiscales de el mencionado municipio, he ahí la razón
por la que saludamos como positiva la radicación del juicio en la ciudad
capital de Caracas para que se lleve en forma objetiva e imparcial y con las
garantías del debido proceso y el derecho a la defensa a los asesinos que no
tuvieron compasión ni misericordia al momento de desplegar la brutal casería
humana para cumplir la encomienda macabra ordenada por los poderosos y
tenebrosos ganaderos de Machiques de Perijá en el estado Zulia.
Hoy acudimos a esta
Asamblea Internacional convocada por la Asociación Americana de Juristas en
esta pintoresca ciudad de Santiago del Estero, en esta República de Argentina
que desgraciadamente lleva en sus entrañas las huellas dolorosas del crimen
organizado de carácter político que dejó miles y miles de muertos y
desaparecidos en la oprobiosa y cruel dictadura militar instaurada en los años
80, venimos a denunciar lo antes narrado y a solicitar solidaridad y
pronunciamiento internacional para con la causa de los pueblos indígenas de
Venezuela, muy especialmente la grave situación de exterminio de los líderes de
la resistencia indígena del pueblo Yukpa en la Sierra de Perijá del municipio
Machiques del estado Zulia.
Citas
1 Tarble, K. 1985. El nuevo modelo de
expansión Caribe para le época prehispánica. Antropológica, 63-64: 45-82.
Caracas.
2 Alcácer, A. 1962. “El indio Motilón y
su historia”. Ediciones Paz y Bien. Seminario Capuchino: 15. Bogotá.
3 Romero, Nerio. 2012. “Las Abuelas
Perijaneras del General Rafael Urdaneta”. 25 en Boletín de la Academia de
Historia del Estado Zulia: 25. Enero-Junio. Nº 48. Maracaibo.
4 Matos Romero, A. 1956. Perijá:
Fundación e Historia. Talleres de la Tipografía Mathus: 7-28. Caracas.
5 De Armellada, C. 1966. “La Región de
Perijá” 312-352 en Boletín Histórico. Nº 12 Sep. Caracas.
6 Portillo, Lusbi. “Los Yukpa
Macoita/Hda. El Capitán. Historia de un despojo” en Mar de Leva, Maracaibo, septiembre 2001.
Documento Especial
7 Creole. 1945. “Los indios Macoa”.
Revista El Farol.
8 Acuña, Á. 1998. YU’PAS. En la frontera
de la tradición y el cambio. Abya Yala. Quito.
9 Booy
T. 1918. “The People of the Mist: An Accoount of Exploration in Venezuela”
183-224. The Musseum
Journal. Vol 9. Nº 3-4. Philadelphia.
10 Alarcón J. 2012. La invasión no ha concluido.
Dinámicas histórica-antropológicas de agresión y usurpación de los indígenas.
Universidad del Zulia Maestría en Antropología. Licenciatura en Antropología.
Maracaibo.
11 Ruddle, K. 1977. El sistema de
autosubsistencia de los indígenas Yukpa. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello. Ruddle, K. 1983. Los Yukpa. En Los
aborígenes de Venezuela, vol., II. Etnología contemporánea, pp. 33-124.
Walter Coppens (ed). Primera edición. Caracas: Fundación La Salle de Ciencias
Naturales, Instituto Caribe de Antropología y Sociología.
*Ponencia presentada
por el abogado Douglas Querales en XVI Conferencia Continental Asamblea
Internacional de la Asociación Americana de Juristas “LA INTEGRACIÓN REGIONAL: SUS DESAFÍOS
JURÍDICOS”. Ciudad de Santiago del Estero, República de Argentina, 25 al 27 de
septiembre de 2013
http://www.aporrea.org/ddhh/a179279.html
http://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2013/12/30/venezuela-violaciones-a-ddhh-del-pueblo-yukpa-son-estructurales-e-historicas/
http://socialismorevolucionario.org.ve/?p=4706
http://laguarura.net/2013/12/30/las-violaciones-a-los-derechos-humanos-del-pueblo-yukpa-son-estructurales-e-historicas-caso-sabino-romero-izarra/
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