Un con malos concertini y peores ripieni
El 30 de diciembre fue el momento escogido por el ejecutivo
nacional para informar de las cifras finales de inflación para el 2013. A modo
de concerto grosso, Maduro se encargó de interpretar, como concertino, las
cifras pendientes de la inflación de noviembre en 4,8% –con un retraso de 20
días según las normas del BCV para su publicación– a partir de la composición
orquestal dirigida por Eudomar Torres y el ripieno de los estadísticos del BCV
y el INE. Lo grosso, además de por la cantidad de intérpretes del concerto, por
lo aproximado de la cifra final del año con el estimado sin soporte
metodológico alguno –grosso modo–, de la inflación a diciembre de 2,2% para un
gran total anualizado de 56,2%, más del doble de lo alcanzado en 2012.
El BCV y el INE tuvieron que esforzarse para explicar las
cifras definitivas de noviembre con un comunicado
(http://www.bcv.org.ve/Upload/Comunicados/aviso301213.pdf) que rompió el
esquema metodológico de los informes mensuales anteriores, y que, por lo que
parece, dejará de hacerse. Haciendo acopio de un análisis más político que
económico para justificar aquello de la “guerra económica”, las cifras
definitivas de ese mes apenas satisficieron en poco en el rubro Equipamiento
del Hogar, -1,1% respecto a 5,1% de octubre, las demandas de Maduro de ver un
-5% de inflación global para el mes de noviembre como resultado de su
“contraofensiva económica” de finales de octubre.
La “guerra económica” la vivieron los consumidores desde el
último trimestre del 2012 y durante todo el 2013, cuando de sus bolsillos
sacaban más de lo que entraba para pagar la escasa oferta de bienes de primera
necesidad mientras los precios, en particular de los alimentos, experimentaban
las consecuencias de la espiral inflacionaria. La “contraofensiva” tuvo que
hacerse a finales de octubre más por razones políticas, la coyuntura electoral
municipal, que por razones “humanitarias” ante el depreciado poder adquisitivo
de las bases que sustentan el proyecto cívico-militar bolivariano. Es que,
durante más de un año, el gobierno de Maduro les permitió impunemente a los
amos de la guerra, los dueños del capital, a que usaran de carne de cañón, y en
el ínterin demostraran que son las bajas esenciales de la guerra, a pueblo y
trabajadores para que cargaran en sus hombros los costos de una crisis que
crearon los capitalistas.
El comunicado conjunto del BCV y el INE no pudo ocultar, que
con o sin “contraofensiva”, el rubro Alimentos en vez de bajar subió (de un
5,6% en octubre a un 7,5% en noviembre) para una inflación anualizada de casi
80%, mientras el de Restaurantes se mantenía casi igual (6,2% en octubre versus
5,9% en noviembre) para una inflación anualizada de más de 70%. Mientras los
compositores del concerto grosso no se atrevían a colocar la nota dada por la inflación
global anualizada a noviembre de 58,1% (cifra obtenida por Opción Obrera a
partir de la data histórica interpretada), sacaban de la manga, grosso modo, la
inflación de diciembre de 2,2% sin ningún soporte que la justificase para que
el concertino Maduro pudiera interpretar en tal disonancia el famoso solo del
56,2% para todo el año.
Que no se informase del Índice de Escasez durante noviembre
y diciembre es la coda que pretende hacer borrón y cuenta “nueva” con una
metodología conveniente de expresar las cifras económicas para que todos los
intérpretes queden felices y contentos del exabrupto estadístico mientras los
asistentes son testigos de un muy malo concerto. Por un gráfico del comunicado
de marras en su página 2 se concluye que para noviembre el índice de escasez
superó en bastante al de octubre de 22,4%, pero el barroquismo del gobierno de
Maduro es de tal magnitud que a base de florituras prefiere enmascararlo como
un promedio de 13,1% de marzo 2003 a noviembre 2013. Igual sucede con las explicaciones
de esperar, si la “contraofensiva económica” no se hubiera dado, hasta un 6,6%
en noviembre y de 4,2% en diciembre.
Las cifras sacadas de la manga y la explicación política de
una “contraofensiva” a una “guerra económica” donde las bajas de ella siguen
siendo los consumidores, lo único que esconde es la grave crisis que están
haciendo pagar los capitalistas tanto al pueblo como a su sector asalariado.
También demuestra la conveniencia ahora de interpretar datos por parte del
gobierno de Maduro que muy bien podían haberse usado en mayo cuando la
inflación fue de 6,1% y anualizada alcanzó a 35,2% (en Alimentos fue de 48,1%)
pero se prefirió la conciliación de clases para continuar con el derroche de la
renta petrolera por parte de la burguesía, como sin duda se continúa haciendo
después de la “contraofensiva económica”.
El barroco fue un período histórico acabado donde la
humanidad enfrentó las idas y venidas de las clases dominantes en el poder con
nuevas relaciones sociales de producción. Fue el encontronazo histórico entre
las imposiciones religiosas de la inquisición y su contraparte con la reforma y
luego la contrarreforma, del absolutismo feudal versus el nacimiento de los
derechos democráticos y el liberalismo con la ascendencia de la clase social
burguesa, y de sus miserias floreció una cultura que en la música se expresó
con el concerto grosso, entre otras artes. Pretender hacernos retroceder
históricamente a los explotados por parte del gobierno de Maduro con su
barroquismo pleno de florituras, maquillajes y enmascaramientos de una realidad
social y económica consecuencia del quiebre histórico del capital, no impedirá
que el proletariado venezolano se levante por su propio pie agitando las
banderas de la revolución necesaria y, como hizo la burguesía en su
oportunidad, dar al traste con los explotadores de hoy y de los que los
defienden bajo una máscara que en lo absoluto se le puede llamar de socialista
y/o revolucionaria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario