Por Yuri Valecillo
Una de las “razones” esgrimidas por nuestrro gobierno para
deportar a al periodista sueco Joaquín Pérez Becerra fue la supuesta
notificación de INTERPOL FAST . Este compañero fue deportado de manera rápida y de nada valió
argumentar, decir, comentar...
Lo interesante del caso es que veo en la prensa nacional que
el “hijito” del exalcalde de Valencia anda como pavo real por Miami y nada que
se ejerce la presunta acción penal contra el sujeto, cosas que pasan y seguirán
pasando y en las cuales "la impunidad está barata dame dos”. Veamos la nota en
cuestiónhttp://www.el-carabobeno.com/portada/articulo/73918/hijo-de-edgardo-parra-estara-en-miami Es terrible, pero es. Y hasta ahora no escucho comentario alguno. Nuestros
raseros a Sabino Romero. No tomarlo en cuenta. Joaquín Pérez Becerra deportado
en Fast Track. Julian Conrado, ni pararle en lo más mínimo, y al que grite
etiquetarlo. Pero se tocan otras fibras Isea el exgobernador de Aragua: ni
nombrarlo, ni tocarlo, ni comentarlo. Y al hijo de Parra, su bono de impunidad en
Miami.
Y entonces seguimos naufragando en el contentillo, el
silencio o la rabia y la manga amplia para los camaradas que cometieron algunos
“muy pequeños” extravíos como el desolar a la tercera ciudad del país y
corromper o intentar corromper el espinazo moral de un proyecto político con
chapucerías y pequeñas complicidades.
El deseo es el de todos: que se aplique el peso de la ley, que se aclare el
caso del “chico bueno” o sea EDGARDITO y se den todos los pasos y se realicen
todas las diligencias para poner frente a la justicia a esta “mansa paloma” hoy
en los “maimis”.
Imagino que ya estando localizado, lo pueden poner en poco
tiempo en territorio nacional. Claro, para eso de las “fichas rojas” en
Venezuela somos infinitamente diligentes, y el caso de Becerra el periodista sueco enviado de manera “poco ética” a territorio colombiano lo demuestra.
Ya se pueden abrir las apuestas a ver cuántos meses o años o
hasta cuándo resistirá la terca memoria la exigencia de que se transparente el
caso de este clan familiar que “presuntamente” dejaron la ciudad convertida en
un albañal entre basura real y basura mediática de una alcaldía que hablaba de
eficiencia.
¿Dónde termina la burla al pueblo de Valencia que depositó su
confianza y por suerte -no sus ahorros- en una administración municipal que es
sinónimo de incapacidad, abandono, decidia y mentiras?
Todos y cada uno de los implicados en tamaño acto vil y
cobarde y tan perverso como el más artero de los crímenes debería ser
castigado, aunque al parecer y por los vientos que soplan el doble rasero
funcionará una vez más.Y mientras a Julián Conrado cantor y revolucionario lo
detienen en una operación ilegal con participación en territorio nacional de
los servicios de seguridad neogranadinos ” El Affaire Parra” parece recibir tierrita
y polvo para que no veamos lo que está a la vista.
En Valencia como en Miami no
hay guiso sin ALCAPARRA.
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