miércoles, 4 de diciembre de 2013

Balance y Organización Noviembre 2013



Asamblea de Militantes
Año crítico, balance

El año que está cerca de terminar es posiblemente el año más crítico y desesperanzador que se ha vivido en los últimos 14 años, incluido el año 2002 donde por el contrario las respuestas antifascistas colectivas y autorganizadas llenaron de esperanza y fuerza al colectivo.


El asesinato de Sabino Romero y sobre todo dos días más tarde, la muerte de Chávez, unió el quiebre del liderazgo histórico con el quiebre monetario un mes antes. En apariencia sin nada que ver uno con otro, estas circunstancia son de quiebre ya que rompen el hilo de construcción de un proceso histórico repleto ya de errores y bajo el peso de un proyecto burocrático-corporativo en marcha desde el 2004, con la desaparición de la continuidad de su piso material y político mínimo.

Las consecuencias no se han hecho esperar. En el plano económico lo que comenzó a desatarse entre Noviembre y Diciembre del año pasado cuando comienza la subida del dólar negro de manera vertiginosa y empieza a dispararse la inflación, termina de traducirse en carestía caída del valor del salario, hiperinflación, parálisis económica, etc. El modelo estatista de control en manos de una burguesía en formación desde los mandos del Estado se desmorona, terminando por convertir la economía en un juego monetarizado, soportado no en la producción creciente, sino en la pura renta petrolera y el dinero inorgánico que es acaparada en un juego de guerras y alianzas por el capital monopólico y bancario junto a los estratos mayores del Estado.

Esto hace evidente que lo que fue en algún momento una verdadera lucha de ricos contra pobres con un reflejo inmediato en el campo político (chavistas-escuálidos) ya a estas alturas se ha convertido en una confrontación entre fracciones burguesas que esconden su raíz en los movimientos sociales que manejan por razones históricas, uno más entremezclado con las clases medias el otro con las clases populares. Fracciones por cierto cada vez más próximas a todas las formas del contrabando, narcotráfico y demás formas de acumulación paralelas. Se trata de una vieja burguesía ligada a un modelo dependiente y oligárquico de acumulación, la otra a la corrupción y el beneficio directo de las direcciones de Estado; fracción de clase que empieza a pelearle a la otra sus propiedades centrales en tierras, inmuebles domésticos y comerciales, industrias sobrevivientes, empresas monopólicas de importación y comercialización, telecomunicaciones, capital bancario, relaciones transnacionales, etc.

Dentro de tal contexto se ha generado efectivamente una “guerra económica” de estas dos fracciones de clase cuyas consecuencias se traducen en la drástica pérdida del poder de adquisición y el derecho a la alimentación de la mayoría popular (vuelve a ascender la curva de pobreza). Situación que el gobierno trata de compensar con más deudas y utilizando la ya corruptas redes de distribución públicas o iniciativas desesperadas de más control sobre el mercado de precios y la administración pública (incluido el incremento de la presencia militar en las direcciones de Estado y en las calles que a su vez evidencia una profundización del poder militar) que despiertan expectativas para el consumidor pero que pueden convertirse en un boomerang en el corto plazo para toda política productiva, estando conscientes además de que su política económica clientelar y rentista lo ha secado cada vez más de recursos de inversión. Mientras que la otra parte trata de explotar toda esta situación a su beneficio económico y político utilizando el acaparamiento y la especulación por un lado, la propaganda política y la movilización social y electoral por el otro. Bajo el entendido de que la continuidad de este Estado crítico e improductivo generado por el modelo corporativo-burocrático es lo que más le conviene a su ganancia inmediata y la eventual retoma del poder de Estado.

Sin embargo todavía no hemos llegado a los puntos límite de esta confrontación. El rezago histórico de la oposición burguesa archirreaccionaria y el asistencialismo de Estado soportado en la capacidad de maniobra financiera producto de las reservas en riquezas energéticas  principalmente, acolchonan por el momento la situación y hasta los obliga a la negociación tácita y permanente, algo que se ha visto perfectamente en el mes de Noviembre con la iniciativa del control de precios. Probablemente para el año que viene desde sus comienzos el punto límite de una crisis que en definitiva es de modelo de acumulación (parasitario-rentista) y de mando (burocrático-corporativo-partidista) se podrá visualizar con mucha más claridad y los efectos económicos y políticos emerjan con más fuerza incrementándose el desabastecimiento y la estanflación y con ello la crisis social en puertas.

Es allí donde nos debe inquietar mucho más en este balance la respuesta producida y por producirse de parte de los movimientos populares y el pueblo en lucha. Evidentemente el “oficialismo” por las características de este proceso en los últimos 14 años ha hegemonizado y administrado la inmensa mayoría de las fuerzas populares. La “hipnosis” creada por el comandante Chávez (hoy utilizada como imagen “suprema”)  que dirigía, formaba pero a la vez neutralizaba esa fuerza, todavía tiene un peso inmenso. A su vez no es poca la cantidad de núcleos originarios de la base que se han corrompido o viven del esquema corporativo-burocrático, sirviendo de correas de transmisión para garantizar la desmovilización de la mayoría. Pero esta hegemonía ya entró en crisis en primer lugar en favor de la fuerza electoral de la oposición que absorbe parte del descontento popular pero sin la fuerza mediática y militar de hace 11 años, lo cual los limita en sus tentativas conspirativas y de clara mayoría electoral. Por otro es natural que los mismos deterioros de la calidad de vida, desabastecimiento y valor del salario incremente la protesta social por lo general despolitizada, llegando a los extremos de algunos fenómenos de saqueo.

Finalmente tenemos ciertos puntos de despertar importantes en el plano de la “Otra Política” autogobernante presente como horizonte genuino de la revolución bolivariana y del proceso popular constituyente. Luchas por la defensa y expansión del control obrero, verdaderas comunas en proceso constitutivo, reorganización de colectivos y espacios autónomos de encuentro, alguna capacidad productiva demostrada, cierto despertar de la movilización regional y obrera, ha permitido ampliar el espectro de la resistencia popular pero andando en un proceso de tiempo mucho más lento que el de la crisis del esquema de dominación burocrático ante el cual todavía se es muy dócil y sin disposición de confrontarlo. Fuerzas importantes pero que todavía no han gestado la voluntad férrea de liberarse en su dependencia de recursos con respecto a un Estado que a su vez establece una política macroeconómica suicida y estatista dirigida en el mejor de los casos a subsidiar precios, bajar recursos a quien conviene social y políticamente y aumentar el asistencialismo, quebrando así todo proceso de liberación de las fuerzas productivas que no necesitan ni de prebendas ni de asistencialismos (“en mi hambre mando yo”  dirá “el Toto” en Maracaibo) sino de medios de producción reales y oportunidad abierta de superación del modelo capitalista de acumulación. Lo cierto es que todavía falta mucho para lograr demostrar que la potencia revolucionaria del pueblo en lucha recobre un despertar suficiente que permita que la historia siga respirando el oxígeno de la emancipación sea cual sea el enemigo que toque confrontar.

Esto puede crear las condiciones que ante la crisis la derecha avance mucho más rápidamente que la revolución impulsada desde la base y las alianzas interburguesas al final inevitables, bloqueen el camino revolucionario e incluso utilicen organizaciones del pueblo para emprender una ofensiva contrarrevolucionaria definitiva (¡con lenguaje revolucionario pa' colmo!) como de hecho viene pasando en algunas zonas del país, con signos de terror incluso, como ya lo estamos viendo en Apure.

Es en otras palabras, el “quiebre del proceso” ya no sólo del liderazgo o la moneda. El fascismo al final siempre se soporta en el despotismo que construye sus raíces desde las mismas bases populares que no han superado la conciencia esclavista, la voluntad de servidumbre que nos mata.

Problemática que en términos estratégicos generales a los niveles que estamos hoy tiene una sola respuesta mientras exista tiempo a nuestro favor: restablecer tal y como se visualizó hace 14 años comenzando la presidencia del comandante Chávez, una estrategia constituyente de doble poder, propios de una república autogobernante. Quiere decir: el Estado y el mercado capitalista están allí, conocerlos y saberlos utilizar y hasta transformar a nuestro favor es parte sustancial del problema que tenemos enfrente, siempre y cuando establezcamos una relación de equivalencia nunca de dependencia o sumisión. Eso supone confrontarlo y a la vez obligarlo a esa equivalencia quebrando el modelo corporativo-burocrático. Pero la verdadera salida a un capitalismo globalizado en su versión parasitaria nacional (empresarial y burocrática) es el establecimiento de tejidos cada vez más vastos y productivos de un poder popular autónomo en todas versiones comunales, obreras, comunicacionales, formativas, investigativas, creadoras. Otro poder que se libere cada vez más de la explotación del mercado capitalista y la opresión de Estado... Sólo la disposición irreverente del pueblo que no tiene otro vestuario encima que el del amor a su hogar y el arraigo a su tierra y trabajo, salvará el camino libertario.

La organización necesaria; líneas generales del plan 2013

Balance nuestro: Siguiendo el patrón del momento, las Asambleas de Militantes no han podido arraigar su dinámica y por el contrario obtiene mucho más peso la frustración dejada en estos tiempos, la dispersión y localización de fuerzas que la voluntad de lucha y reorganización. Eso ha hecho prácticamente imposible garantizar la reconstrucción de procesos  orgánicos de nuestro lado a pesar del esfuerzo hecho desde el año pasado, una vez convocada la Asamblea de Militantes Nacional y concluido el Manifiesto Autogobernante que nace de la síntesis y sistematización de sus discusiones.

Se trata simplemente del reflejo de una situación general pero que en nuestro caso se acrecienta por la propia condición de una militancia que muchas veces se encuentra desprovista de recursos y atrapada en una dinámica en la cual la misma dispersión de fuerzas no permite que la acción conjunta nacional o regional multiplique la solidaridad intercolectiva y supere muchas carencias que en algunos casos han provocado situaciones realmente trágicas, como es el caso de lo sucedido en los últimos años en la Sierra de Perijá hasta el asesinato de Sabino Romero, hecho en el cual no estuvimos a la altura de evitar cuando ya se hacía evidente. Pero si vamos al caso tales situaciones se repiten en el ámbito nacional donde quedan truncados procesos de avance que no pueden resistir el estrangulamiento político-burocrático, el chantaje o el ataque de sectores burgueses que apelan a sus armas.

No hay por tanto nada más que decir. El cuadro está muy claro y la necesidad orgánica llega al punto de convertirse en una circunstancia de vida o muerte frente a la debilidad actual y la posibilidad de que la reacción no sólo socave las bases de un movimiento popular administrado desde arriba, cosa que ya viene haciendo, sino que nos lleve a la total pérdida de capacidad de respuesta autónoma que es en definitiva el alma de toda revolución.

Partiendo de los lineamientos de acción que se resumieron en el Manifiesto Autogobernante, allí se recogen algunos lineamientos como son:

-Línea de acción y cualificación permanente.
-Línea de reflexión y salto hacia adelante.

-Línea autocrítica e igualitaria.

-Línea de ruptura con la dispersión y el localismo.

-Línea de ubicación situacional.

-Línea de identidad de la organización como parte inmediata del pueblo en lucha.

-Línea de transparencia.

Estos elementos se sintetizan en lo que se llamó la “Vuelta por la Revuelta” como primer ensayo de acción conjunta. Pero si vemos en detalle de qué se trata en realidad, no se está planteando ninguna otra cosa que la reintegración regional progresiva, reencontrarnos o conocernos cuando es el caso, discutir estos lineamientos y el manifiesto en su conjunto, para luego pasar a acciones más radicales de protesta y movilización. Con ello no apuntamos aún a ninguna estrategia clara de reorganización y lucha más allá de la buena voluntad consciente.

Un año después y agudizándose todos los elementos críticos de la realidad que apuntan a niveles de quiebre superiores a los visualizados hace un año, es obvio que si hay algo que puede seguir llamándose la “Vuelta por la Revuelta”. Esto necesita de una precisión mucho más concreta. Reconociendo esta falla crucial de la propuesta, la última asamblea en realidad muy pequeña para el número de colectivos convocados, sin embargo propone establecer como estrategia de reorganización y acción a seguir los siguientes puntos:

-Encuentros puntuales de centro, occidente y oriente: estos deben comenzar a organizarse y coordinarse desde ya.

-Continuidad en la construcción del sistema libre y militante de comunicaciones: esto supone para el mes de Enero la convocatoria a un primer consejo que delimite por primera vez las líneas y estrategias comunicacionales que le competen como sistema.

-Talleres locales: “geopolítica territorial-cartas de lucha-movimiento” como taller síntesis de estrategia concreta: dentro de los encuentros en las tres principales zonas del país deben organizarse estos talleres de no menos de dos días por territorio o localidad donde exista presencia, pasando previamente por un taller nacional de facilitadores donde se discuta el diseño definitivo del taller y su método pedagógico. Estos serán fundamentales para una organización coherente y consistente del nuevo movimiento.

-Talleres de formación y defensa: talleres que deben estar completar el anterior siendo necesarios en todo momento pero que en los actuales momentos se justifican todavía más.

-Encuentros de balance nacional bimensuales de los voceros de la Asamblea.

-Llamamiento a la constitución de movimiento hacia mediados del año próximo como meta mayor constitutiva.

-Continua comunicación y coordinación de contingencia por situaciones de alerta que podrían presentarse, dadas las circunstancias que vivimos.


ASAMBLEA DE MILITANTES-VOLVEMOS POR TODOS LOS CAMINOS

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