viernes, 18 de octubre de 2013

La gran arrechera


Por Yuri Valecillo

Lo de ALCAPARRA y su familia Corleone ya lo veía venir desde hace años. Era evidente y en gran parte fue una batalla en solitario. Pocos, muy pocos, daban aliento, y otros bastantes se cartearon con ALCAPARRA, vía fax, para acusarme de cualquier felonía. Inventos marchaban al compás del reloj.

Y claro que me indignaba. A algunos pocos le importaba una denuncia acerca de la basura, de toninas muertas, de acuarios abandonados, de plazas encerradas, de la Plaza Bolívar de Valencia acabada, de teatros que servían para practicar juegos romanos, de calles rotas, del centro histórico convertido en lupanar y guarida de maleantes, etc. elevado al cubo.

La ciudad había caído en una niebla oscura y la palabra al aire salía sobrando entre los consejos que se daban: “No lo tomes de manera personal, eres un fracasado, tienes envidia del éxito de …”. Y por ahí, pero para cualquier mortal era evidente que la ciudad no funcionaba y que la basura salía por todas partes, que los huecos se tragaban los autos en las lluvias, que la matraca estaba a la orden del día…


Pero si un alcaldillo, un pillo un ALCAPONE, ALCAPARRA, ALCARAJO estaba haciendo desmanes, uno muy en su interior esperaba que la verdad saltara como conejo con la fiereza de un dóberman, y atacara tal nivel de sodomía en una ciudad de trabajadores y trabajadoras, pero ¡caray, qué dolor da cuando en plena campaña interna empecé a ver comunicados, ruedas de prensa, foros de uno y más de un medio comunitario apoyando la gestión de un pillo que todos sabían que había hecho una gestión desastrosa! Me indignó eso en particular. Me pareció abominable  y trajo a la memoria aquella serie “LOS INTOCABLES” y EL PADRINO I,II donde la mafia compraba medios, plumas, entintadores y la primera página, de los diarios de Chicago de los años 20 y 30s del siglo pasado.

Tanta miseria verbal para defender a un crápula de la política me parece todavía vomitiva y creo que los deseemos o no, tendremos que exigir una aclaratoria a unos “medios comunitarios” que hicieron el triste papel de “medios municipales” o del alcaparrismo. Se volvieron defensores de una gestión perversa e ingrata con la comunidad. Los medios comunitarios se pusieron “firmes" al lado de un “Almirante Cobarde” mismo que los trató con la punta del pie y con el desprecio que de una u otra manera se merecían.

El tiempo le da la razón a quien finalmente la tiene y no tuve que morir para que alguien dijera que estaba en mi razón de combatir a un pillo que dejó a una ciudad postrada, castigada, humillada perdida entre la demagogia y la corrupción. Una nota particularmente odiosa y que cuando la leí por primera vez me pareció detestable fue esta: http://noticias24carabobo.com/actualidad/noticia/22941/medicos-integrales-y-medios-comunitarios-apoyan-candidatura-de-parra-a-la-reeleccion/ ¿De dónde sacaron tanta bilis para sacarse una foto y declarar a favor de un NERÓN de la ciudad? ¿dónde se volvieron tan duros, para no ver , tan insensibles, tan funestos, tan comunes, tan famas y dejaron de ser cronopios?

Judas vendió a Cristo por treinta monedas, y esta vez ¿por cuánto se vendió el pasado de gente que vi alguna vez como decentes, porque más allá no hacía falta para darse cuenta de lo que ocurría? ¿será que ahora sacarán un comunicado para enfrentar una verdad más grande que el sol?

En el caso watergate  era un caso sensible para la administración de NIXON. Sí, ese enfermizo anticomunista, golpista, criminal presidente de USA, pero se enfrentó a la tozudez de unos periodistas que aprendieron a buscar y a enfrentar lo adverso y lo duro de una investigación. Hoy los recuerdo con admiración al igual que a John Reed y sus DIEZ DIAS QUE ESTREMECIERON AL MUNDO u Oriana Fallaci y su ENTREVISTA CON LA HISTORIA.

¡Qué pena tan grande pero tendré que poner de ahora en adelante atención para ver a qué medio de estos que se dicen comunitarios no lo tomo para ponerlo en el piso de la jaula de mis codornices! La vida es tan simple que con conservar la decencia tenemos…


No hay comentarios:

Publicar un comentario