Por: Francisco Javier Sierra Corrales
La
verdad es que no comparto para nada criterios sostenidos anteriormente por
Heinz Dieterich. Es pro-chino, de la China actual, no del pensamiento de Mao; es
pro-cubano (Pro-Castros revisionistas); y en Venezuela, últimamente abogaba por
un gobierno de centro-izquierda. Y lo peor, en lo último, para favorecer a los
castros trató de vender la especie que existía una tendencia militarista de
derecha, encabezaba por Diosdado y otra de izquierda, que la representaba Maduro,
nada tan lejos de la realidad, es más les digo que Diosdado está más “a la
izquierda” que Maduro; y como botón de muestra les señalo, que la oligarquía lo
odia más a él que a Maduro. “Que cosa habéis hecho que la canalla os aplaude”,
dijo un poeta militante español.
Aunque
ya Dieterich se dejó de acusar a Diosdado de ser el “malo” y ahora habla del
gobierno de “Maduro-Diosdado”, pero él en gran parte es culpable de ese
matrimonio, cuando veamos el punto quinto sobre qué hacer, él impidió que
existiese una tendencia militar nacionalista o anti-madurista al denunciar a
Diosdado como conspirador.
Con lo anterior quiero decir, que para nada estoy con Dieterich ni soy acólito de él, pero la verdad es la verdad, y por la verdad mueren los misioneros de alta luz. Aunque no soy misionero de alta luz, pero por la verdad moriría si me tocara, aunque lo trato de evitar a toda costa. Veamos.
Con lo anterior quiero decir, que para nada estoy con Dieterich ni soy acólito de él, pero la verdad es la verdad, y por la verdad mueren los misioneros de alta luz. Aunque no soy misionero de alta luz, pero por la verdad moriría si me tocara, aunque lo trato de evitar a toda costa. Veamos.
Esto es
correcto; aquí Dieterich tiene 20 puntos, sobre 20. Ahora diverjo con él, en el
lapso tan largo que le da para su colapso abril/mayo 2014; eso es ya, si acaso
nos salva (Lamentablemente digo “nos salva” porque yo también voy en este
titanic, llamado Venezuela), las elecciones municipales del 8 de diciembre, en
donde Maduro, ha adoptado la peor de las estrategias cual es convertirlas en
unas elecciones nacionales, en vez de utilizarlas para reforzar el poder
comunal o local. Pero esto es una táctica de izquierda y que limita el poder de
la burocracia o boliburguesía nacional y estos son afines de Maduro; esta es la
misma idea de Capriles, líder de la derecha: convertirlas en un plebiscito
nacional. Esto polariza el país, y en donde sólo caben dos, como el beso. Con
esto se busca recomponer el pacto de punto fijo pero de manera soterrada, pero
el hecho que sea “a las sombras” no significa que no sea eficaz. Por eso no
creo en ninguna conspiración yanqui, aunque esta es siempre, pero este peligro
ha disminuido bastante con Nicolás y los acuerdos que ha hecho con la
burguesía, tras bastidores, son elocuentes y apuntan en ese sentido, por otro
lado el imperialismo “es compresivo” con Maduro porque entiende (Y comparte) el
trabajo que este hace de acabar con una tendencia radical dentro del chavismo,
por un lado, y por el otro “continuar mareando” a las bases radicales
chavistas, que de decirles cuáles son verdaderas intenciones (Una socialdemocracia
tardía) lo mandarían para el carajo.
Segundo: Colapso del modelo económico Chávez.
Esto es
correcto, aunque debo reconocer la forma magistral y detallada con que
Dieterich describe a la economía chavista, y dense cuenta, que esta economía
para nada es socialista, es un escenario parecido a una mezcolanza entre CAP I
(1974-1979), la “Venezuela Saudita” y Lusinchi (1984-1989), la Venezuela del
RECADI con sus “chinitos” y todo, los que piden dólares y no viajan, los “roba
gallinas” del cadivismo, y a los empresarios de maletín (Peces gordos), ni con
el pétalo de una rosa.
Aquí
Dieterich tiene 20 puntos, más una mención honorífica, y los 20 puntos en base
a 20, es porque no hay una nota más alta para colocarle.
Sobre el Tercero: La Quijotesca Economía Socialista.
Aquí sí es verdad que Dieterich, no es feliz del todo, aunque dice una gran verdad como
es la de afirmar, con conocimiento de causa que en Venezuela desde 1999, jamás
se adoptó una medida socialista ni del siglo XX ni del Siglo XXI. Esto es un
gran aporte para la historia de la Venezuela entre los años 1999-2013; pero no
acierta Heinz Dieterich al afirmar, primero, de una “quijotesca economía
socialista” y al mismo tiempo decir que no ha habido ninguna medida socialista,
es algo contradictorio. Si hubo una “quijotesca economía socialista” ha sido de
mera palabras, verbalmente; lo que es contraproducente porque la derecha
maniobrera y manipuladora, que sabe al igual
(O mejor) que Dieterich que aquí no ha habido socialismo, utiliza los
errores de esta galimatías de socialdemocracia tardía para “soltar dos palomas
de un solo tirón”: la una, es descalificar al socialismo asociándolo con la
galimatías, y la dos, el combate a un contrario o meramente “diferente” o
“distinto” al imperio, como Hugo Chávez.
Cuando
Chávez, en la sede CVG-ALCASA en la zona industrial de Matanzas, en Ciudad
Guayana, nombra a una serie de presidentes trabajadores y aprueba el plan Guayana
socialista y el control obrero y dice “me la juego con los trabajadores”,
pensábamos que era sincero; hoy en día podemos decir que se debió a dos cosas,
por un lado el colapso del sistema rentista puntofijista,
leopoldosucristafigarelista que él había sido incapaz de eliminar, cual era la
función de la revolución bolivariana (Aunque Maduro se justifica diciendo que
Chávez jamás llamó al socialismo, olvidando que los gobiernos que son productos
del colapso de sistemas anteriores, cual fue su caso, son para hacer todo lo
contrario al sistema colapsado, esto es “tirárselas de ignorante” de la
historia, para justificarse). Repito, el colapso del sistema rentista del
puntofijismo en Guayana, que él ni Maduro ni se atrevieron ni se atreverán a
erradicar, más la presión de los trabajadores, en especifico de sectores de
vanguardia del mismo chavismo (Los “anarquistas” y “conspiradores pitiyanquis”
que en estos días pararon SIDOR) exigían la radicalización del proceso
revolucionario y creíamos en su sinceridad. Hoy, en contra de quien sea, y el
que quiera podemos debatir racional y civilizadamente y si quiere pelear, pero
que venga uno por uno y no en patota; digo que Chávez buscaba el fracaso del
control obrero para justificar la privatización de estas empresas. Empresas
mixtas, el modelo PDVSA y el que está aplicando ahora en la minería de Guayana
con Rafael Ramírez. Digo esto, porque a los presidentes obreros los dejaron
solos, sin apoyo alguno y jamás les mandaron “medio partido por la mitad”, por
el contrario utilizaron al grupo oficialista de la FBT de Maduro, para que los
sabotearan, solo en SIDOR, el grupo que encabeza José Meléndez (Marea
Socialista-Alianza Sindical) afín al rangelismo y a Maduro, le hizo 106 paros
al presidente obrero.
No
negamos que a lo mejor influyeron y ayudaron en la confección de esos planes
“Rasputines Socialistas” como dice Dieterich, pero la idea surge de los mismos
trabajadores y el plan Guayana socialista, engavetado por la burocracia de la
CVG y Maduro, para nada lo piensa desengavetar, es la única salida para acabar
con el rentismo socialdemócrata tardío en las empresas básicas de Guayana.
Aquí en
este punto, Dieterich tiene 18 puntos y su baja calificación obedece a que él
no conoce muy bien las cosas internas del país al detalle, y no puede
conocerlas porque no es venezolano, lo que es justificable.
Cuarto: El Chamanismo Político.
Aquí en
este aspecto no puedo estar con Dieterich como espiritista trincadista que soy,
ya que el Chamán es un médium, una persona con facultades medianímicas que
invoca espíritus médicos y curativos, aunque en algunos casos no son de mucha
luz y hay muchos falsos chamanes por ahí, pero era más correcto decir la
religiosidad, que las religiones son el opio de los pueblos.
En sí son irresponsabilidades en su función como jefe de estado a quien le
corresponde “agarrar el toro por los cachos” y no lo hace no porque no quiera o
sea cobarde sino porque es un prevaricador y nos quiere conducir hacia una
socialdemocracia tardía, tardía por ser inexistente hoy en día. Es un régimen
desaparecido como el socialismo soviético que no tiene ningún referente mundial.
El capitalismo neoliberal al eliminar las limosnas que le daban al obrero, su
supuesto estado de bienestar (Socialdemocracia), ya lo que le queda a las
revoluciones, es, ir directamente a la comuna, al comunismo; no hay razón para
detenerse o “volver atrás”.
Aquí
Dieterich tiene 18 puntos, porque si bien utiliza términos incorrectos como
“chamanismo” y no ataca a la religión cristiana, el principal opio religioso de
occidente, se entiende lo que quiere decir, que se va por las ramas y no va al
fondo del asunto, en otras palabras no llama al “pan, pan y al vino, vino”,
dicho este muy “cristiano” por cierto.
Quinto y último: Qué hacer
Aunque
Dieterich, no dice lo que hay que hacer, deja la inquietud o sugiere lo que hay
que hacer; y lo que hay que hacer desde el punto de vista revolucionario, es, o
cambia Maduro o hay que salir de Maduro. Ahora como salir de Maduro sin que
sufra la patria. Aquí la única forma es que el pueblo tome consciencia de dos
cosas, una, que entienda que Maduro-Chavez-Maduro, nos estafaron, nos engañaron
y dos, que la opción no es el retroceso, la derecha.
Ampliación del Punto Primero:
La
revolución no caerá, aunque haya
implosión (Espero equivocarme y que deba decir que estaba errado públicamente y
pedir perdón). La implosión se resolverá a lo Ítalo Del Valle Alliegro, con el
aditivo de que verbalmente será acusada, ya no de una rebelión
Castro-Comunista, sino de derecha e imperialista.
Aquí es
donde cobra fuerza una tendencia militar bolivariana que rescate el sentido
originario del 4-F-92 y no sea de derecha, y digo tendencia militar progresista
porque Maduro no caerá porque le ha entregado el poder al mundo militar,
consciente de su incompetencia y posible caída.
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