miércoles, 21 de agosto de 2013

Así funcionaba el negocio de las remesas en el Táchira


  
Por Manuel  Rugeles  A. 

El control de cambios que se montó en Venezuela a mediados de la década pasada, dizque para evitar el saqueo de dinero que -presuntamente- ES de todos los venezolanos, dio origen a un turbio negocio -que no evitó precisamente lo que se quería evitar-: el gran negocio de las llamadas remesas al exterior. Negocio del cual hicieron fiesta cientos personas que viven en diversas localidades de la frontera colombo-venezolana, y  que,  al convertirse en tráfico de enormes ganancias  -al igual que el del negocio de la extracción de gasolina-,  ha servido para alimentar bandas criminales organizadas  y  mafias de todo pelaje.

El negocio consiste en convertir los dólares obtenidos,  a pesos colombianos, y luego convertirlos en bolívares,  en la sala de fiestas  del llamado  ‘mercado negro de divisas’.  Es así que cualquier persona, por hacer una remesa, o envío,  de 300 dólares de Venezuela a Colombia  -que podía hacer hasta tres en cada mes-  se embolsilla más de medio millón de pesos  ( ~ 540.000,oo pesos colombianos), dependiendo de la paridad cambiaria especulativa establecida en el momento,  en la zona de frontera,  entre nuestro devaluado bolívar  y  el dólar norteamericano.

Entonces tenemos que esos 300 dólares que se otorgan como remesa,  equivalen a 1.890 bolívares fuertes,  al cambio ‘oficial’ de Bs. 6,30 por dólar; pero al cambiarlos en régimen de ´mercado negro’,  especulativo,  a precio de dólar paralelo,  esos 300 dólares terminan convirtiéndose en más de Bs. 10.800,oo.  O sea, diez millones ochocientos mil bolívares “de los viejos” (porque también se juega con la denominaciones ‘vieja’ y ‘fuerte’, para engatusar y asombrar con las ganancias).
  
La diferencia entre lo que se tiene que pagar en el banco o en la agencia de cambio autorizada, y lo que se obtiene en el mercado especulativo,  es de casi  9  mil bolívares fuertes.  O sea,  que después de ‘pagar’ (a cambio oficial) lo que le otorgan como remesa,  le queda  –a quien hace la transacción-  casi nueve mil bolívares fuertes, que se convierten en ganancia ‘líquida’, para el que está desangrando al país,  al hacernos trampas a todos,  en el caso de que la facilidad de la remesa obtenida, sea falsa.  Y esto último lo digo porque existen una pocas personas que sí tienen a sus hijos estudiando afuera,  y que terminaron siendo víctimas,  por la vía de las colas que tenían que hacer,  y porque al entrar las mafias a operar el negocio,  a los tramposos les daban prioridad.  Esto, en el caso de que la paridad especulativa estuviese en 35 bolívares por dólar, como estaba a mediados del mes de julio pasado,  porque ya está  -a pesar de las subastas realizadas oficialmente-  en alrededor de 40 bolívares por dólar  (!).

En un principio, el negocio no era nada ‘complicado’.  La constancia de residencia exigida por Cadivi,  la daban los Consejos Comunales.  En muchas de estas instancias del Poder Popular ni siquiera indagaban si la persona residía en la zona geográfica correspondiente.  O les bastaba un recibo falso de un arrendamiento ficticio en la zona,  para otorgar la constancia.  Con esta constancia iban a las ahora llamadas ‘Delegaciones’ (antes Prefecturas), donde también en los principios de los tiempos, se confiaban de las constancias expedidas por los Consejos Comunales,  y,  en una segunda fase, en algunos de estos lugares comenzaron  a  ‘cobrar’  por las constancias…

Comenzaba así la rueda de las corruptelas,  que en algunos (pocos) casos comenzaban en los Consejos Comunales  y  continuaban en otras instancias gubernamentales,  pasando por las fulanas prefecturas.

Nos parece bien que se le haya puesto freno a esta estafa,  agrandada  y  continuada,  que con la alcahuetería de múltiples funcionarios,  se llevaba a cabo,  ya que el desangre,  solamente con las remesas obtenidas en el Estado Táchira,  y según cifras obtenidas en Colombia,  en los registros de ingresos de dinero por la vía de las remesas, del año 2011,  superaban éstas los 357 millones de dólares  (!).

Porque si bien se ha hablado bastante  (y algunos funcionarios han coincidido en la cifra), de que existían alrededor de 15 mil solicitudes mensuales,  resulta que la mayoría de las personas contaba con dos remesas, y otros muchos,  con muchas más.  Descubrieron casos de personas que manejaban 9 remesas  y  más.  Y como ya lo dijimos,  esto se convirtió en un súper negocio. Y como todo lo que mal-anda,  mal-acaba,  cuando las mafias delincuenciales advirtieron las enormes cantidades de dinero que se estaban ‘metiendo’ algunas personas,  también quisieron entrar en el negocio,  pero  por la vía de las extorsiones,  las amenazas  y  el llamado ‘cobro de vacunas’,   y  así,  el negocio de las remesas ha traído hasta muertos  y  desaparecidos, por no haber querido pagar  extorsiones  o  ‘vacunas’.
   
Se organizaron entonces entramados de gente, que por una cantidad de dinero, o por el montante de la primera remesa, le conseguían a los que entraban a participar en la estafa, desde los hijos (si no los tenían), los parentescos, constancias de matrimonio o concubinato,  lugares de vivienda, los sitios y constancias de estudio, y otros documentos  -todo falso-  de manera que supimos de casos en que los implicados,  sólo por prestar sus nombres, recibían en sus casas,  sin hacer ningún papeleo,  parte de lo obtenido por las mafias,  que se dedicaron de lleno al negocio.

Aquí se llegó al colmo de que en un programa de televisión,  que salió al aire a través de la televisora local (TRT),  una periodista hizo pública una denuncia que le hicieron llegar,  mediante la cual se acusaba al cónsul de Venezuela en Cúcuta,  de expedir constancias que avalaban las estafas, también a cambio de dinero.  El colmo continuó, cuando el Director de Política de la Gobernación del Estado Táchira, (quien era el entrevistado) refutó esta acusación con otra,  en la cual involucraba a personajes importantes de la misma planta televisora, enredados en estas estafas.  El entrevistado también dijo públicamente,  que una importante cantidad de funcionarios públicos de diversas entidades  (y las nombró)  en el Estado,  participaban del saqueo… O sea, la dicotomía que no hemos podido superar, del funcionariado público,  corrupto,  de la mano de empresarios privados,  en el mismo empeño de  ‘joderse’  en el país.

De allí,  que desde nuestra organización política,  Partido  Orientación Revolucionaria Socialista  -PORESTA-,  demandamos a través de las redes  (ya que por los medios ‘normales’ como la prensa local,  se hicieron los ‘locos’ con esta demanda y no la publicaron),  que frente al llamado ‘gobierno de calle’  -que viene ‘ofreciéndose’-,  se estableciera la ‘Transparencia de calle’,  y que,  en consecuencia,  se publicaran las listas con los nombres de esas personas implicadas en la estafa al país,  porque realmente no hay derecho a que personas así,  formen parte de la administración pública de un gobierno que se precia de  ‘revolucionario’…

Con las denuncias aquí asomadas, han debido abrirse averiguaciones vía ‘notitia criminis’,  tanto de las actuaciones del cónsul citado  (ya que no ha habido desmentido alguno por parte de este ciudadano, ni acción legal ofrecida para contrarrestar semejante denuncia), como de las actuaciones del funcionariado público implicado en la estafa.  Han debido cancelarse las concesiones a las casas de cambios  y  ‘courrieres’,  cómplices de la estafa. Han debido deportarse ciudadanos extranjeros dedicados a la estafa…

Gracias al descontrol  y  falta de supervisión por parte de nuestro gobierno, ya se habla de cifras que para el 2012 redondeaban los 500 millones de dólares estafados al país  (!)

Ahora que las constancias de residencia las expide la gobernación del Estado Táchira, a través de la Dirección de Política,  se inspeccionan rigurosamente los datos y se constata en el sitio,  la dirección de los solicitantes.  Y las solicitudes se han reducido en 99 %.  Las llamadas ‘viudas’ del negocio,  es decir,  a los que se les acabó el ‘pan de piquito’,  andan diciendo que el cohecho  (o corruptela)  se mudó para la Dirección de Política,  lo cual no debe ser cierto.  Y en vista de lo fallido que resultó el negocio,  ahora que el gobierno tomó medidas,  entre las que cuentan  reducir el envío de posibles remesas solamente a padres e hijos  (y  ya no a abuelos, ni tíos, ni hermanos, etc.),  han mudado sus malas-intenciones hacia estados vecinos, como Barinas y Mérida,  para montar desde esos lugares los nuevos entramados e ilícitos. Pero el propio Director de política del Táchira, Licenciado José G. Zambrano, convocó a una ‘cumbre’ regional con los directores de esos estados vecinos,  para ponerlos en cuenta  y  atacar también en esos lugares,  las posibles estafas que pretendan montarse.

Todavía esperamos por la publicación de las listas con los nombres de estos estafadores,   sean ‘chavistas’,   antichavistas  o  ni-ni,  porque allí están los verdaderos  traidores  a  la  patria.


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